El primer baño es mucho más que higiene: es un ritual de conexión. Un momento sereno, de detalles cuidados, donde la temperatura, el tacto y los materiales nobles acompañan a tu bebé en sus primeros días. Prepararlo con calma transforma una tarea cotidiana en un instante de bienestar.
En esta nota te contamos cómo organizarlo, cuándo hacerlo, qué tener a mano y por qué las fibras naturales —como el algodón y el algodón pima, suave e hipoalergénico— son aliadas esenciales para proteger la piel del recién nacido.

Antes de avanzar, recordamos que esta información resume prácticas generales recomendadas. Para lineamientos formales podés consultar a la Sociedad Argentina de Pediatría: https://www.sap.org.ar/

Antes de llenar la bañera, creá un entorno tranquilo. La temperatura del ambiente debe estar entre 22 y 24 °C, sin corrientes de aire y con una iluminación suave. El agua ideal oscila entre 36 y 37 °C; comprobala con un termómetro de baño o con la parte interna de la muñeca.

Tené a mano todo lo necesario: toalla de algodón, body limpio (idealmente de algodón pima hipoalergénico), pañal, crema si la usás y una muda seca. Elegí un horario cómodo y sostenelo cada vez que puedas; los bebés responden mejor a las rutinas. Muchas familias prefieren la tarde-noche como transición hacia el descanso.

El primer baño y el cuidado del cordón umbilical

Mientras el cordón umbilical siga adherido, se recomienda evitar sumergir al bebé. El agua puede interferir con el proceso natural de cicatrización. En esta etapa, optá por baños de esponja, utilizando un paño de algodón humedecido con agua tibia para limpiar suavemente cara, cuello, manos y zona del pañal.

El cordón suele desprenderse entre los 10 y 15 días. Una vez que la zona esté completamente seca, ya podés comenzar con el baño completo. Si decidís iniciarlo antes, asegurate de secar muy bien el área y evitar que el bebé permanezca demasiado tiempo en el agua.

Durante el baño

Sostené al bebé con seguridad: una mano detrás de la cabeza y los hombros, la otra libre para lavar. Comenzá por la cara y la cabeza, seguí por el torso, brazos y piernas, y dejá para el final la zona del pañal.

Mantené el baño breve —diez a quince minutos— y usá productos suaves, neutros y aptos para pieles sensibles. El contacto visual y la voz en tono sereno ayudan a generar calma. Podés sumar música blanca de fondo para crear un clima aún más relajado.

Después del baño: suavidad con algodón

Apenas lo saques del agua, envolvelo en una toalla 100 % algodón. Secalo con toques suaves, especialmente en los pliegues.

Vestilo con un body de algodón puro o algodón pima hipoalergénico, que conserva el calor y permite que la piel respire sin irritarse. En Wild Baby & Co. confeccionamos nuestras prendas con costuras planas y terminaciones delicadas, pensadas para acompañar este momento con suavidad y diseño.

Mientras lo vestís, mantené un contacto tranquilo: hablarle, acariciarlo y mirarlo a los ojos es una forma simple de fortalecer el vínculo.

Frecuencia y ritmo

No es necesario bañar al recién nacido todos los días. Dos o tres veces por semana es suficiente, complementando con la limpieza de las zonas más expuestas. En climas cálidos, podés ajustar la frecuencia según necesidad.

Evitá el exceso de jabón y los baños prolongados para proteger la hidratación natural de la piel.

Materiales, diseño y tendencia

Los nuevos padres eligen cada vez más productos simples, funcionales y nobles. Las fibras naturales —como el algodón y el algodón pima, valorado por su suavidad, resistencia y carácter hipoalergénico— se destacan por su confort y transpirabilidad.

En Wild Baby & Co. creemos que los objetos del día a día deben ser bellos, cómodos y funcionales. Por eso nuestras toallas y bodies acompañan este ritual desde un enfoque minimalista y consciente: materiales nobles, diseño atemporal y detalles cuidados.

Qué necesitás tener a mano

El baño del recién nacido no se trata de perfección, sino de presencia. Cada detalle ayuda a crear un entorno de bienestar. Transformar esta rutina en un momento de conexión también es una forma de cuidar: agua tibia, algodón puro, materiales hipoalergénicos y un tiempo compartido con calma.

El baño del recién nacido no se trata de perfección, sino de presencia. Cada detalle ayuda a crear un entorno de bienestar.

Transformar esta rutina en un momento de conexión es también una forma de cuidar. Porque los primeros gestos de amor suelen ser los más simples: agua tibia, algodón puro y un tiempo compartido con calma.

En Wild Baby & Co. nos gusta estar en cada paso: desde los primeros días, acompañando con productos pensados para cuidar, abrigar y simplificar la vida cotidiana de las familias.

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